CAPÍTULO 8
Por Ainhoa Rueda
De nuevo, Daniel y la pandilla quedaron en la explanada para darle su nuevo
hogar a Tito.
Antes de ello, comerían en la dehesa. Amaya trajo un bocadillo de
salchichón, y Álex, de tortilla. A Daniel cuando está nervioso le entra hambre,
pero, nadie lo quería compartir con él.
Se pusieron en camino. Amaya y Álex
iban delante. Amaya preguntó a Álex si había hablado con su padre pero Álex
dijo que no.
Al llegar al desguace, Tito esperaba en el borde del terraplén. Supo que venían porque había unos plásticos que le avisaban con el
ruido. Les enseñó su chihuahua acurrucado en el Citroën, su cama, la cocina e incluso su biblioteca.
Tito le contó a sus amigos lo que le ocurrió el día que le abandonaron.
Blanca le contó a Tito su plan y Tito le hizo un montón de preguntas a Blanca:
si tenía baño y cama, si lo habían limpiado todo para él e incluso si se lo
decían con miedo a que dijera que no.
A Tito le encantó y dijo que sí. Amaya le dijo de broma que tuviera cuidado
porque no tenía alfombras.
